Durante muchos años, la sociedad ecuatoriana ha culpado a los gobiernos centrales de derecha e izquierda por los problemas que ha venido trayendo el país en la historia republicana.
Recientemente, este sentimiento ha venido acompañado de críticas y consecuencia de ello, los candidatos presentan su campaña política como una esperanza de renovación. Por otro lado, los ciudadanos esperan, pacientemente, la llegada de nuevas personalidades que salven al país de las dificultades que tiene. Sin embargo, los ciudadanos no nos damos cuenta que la responsabilidad total no recae en el gobierno central de turno o los candidatos, sino en nosotros mismos y somos los llamados a cambiar la situación apremiante que se vive.
En cada proceso electoral se ve el mismo desfile de personajes con diferentes banderas. Candidatos con apariencia mesiánica y paternalista que transmiten un mensaje de esperanza y orden. Mientras eso ocurre, los ciudadanos se inclinan hacia uno u otro movimiento y deciden su voto en base a diferentes características: cuál es el que mejor se ve, el de mejor campaña, el que más les gustó por los colores, por cómo presentó las propuestas, por la tarima y el show que ofreció, por si la camisa que usa esta a la moda o simplemente por si el candidato es guapo o no. Dentro de este desfile, las propuestas trascendentales y debates no son la prioridad y se rescatan las propuestas populistas, que buscan ante todo desprestigiar a las autoridades anteriores, candidatos y partidos opositores; además de desechar sus proyectos y atacarlos con cotilleos familiares, ideológicos, privados y personales.
Con esto, la prioridad de los ecuatorianos debe ser la de construir un gobierno, no la de elegir uno. Sin embargo, muchos se preguntarán: ¿Por qué la distinción de las palabras? La respuesta es simple. La construcción del gobierno se basa en crear soluciones de raíz a los problemas reformando el sistema totalmente. Estas, deben ir enfocadas para que la gente sienta la responsabilidad de apoderarse de estos problemas así como el establecimiento de prioridades en la agenda gubernamental, ya que se está buscando solucionar todo lo que no se ha logrado anteriormente en el país.
Como prioridad fundamental, se debe establecer un estado de derecho. Este sistema constituye los cimientos sobre los cuales se puede construir una nueva estructura para el país que garantice seguridad y derechos colectivos e individuales para los ciudadanos. El desgaste social y político que vive el Ecuador ha llevado a la creacion de figuras paternalistas llamadas a solucionar los problemas. Esto dificulta la formación de nuevos líderes políticos y de nuevas ideologías; palpable en el debilitamiento de la creación de un gobierno que tenga como principio representar y ayudar al ciudadano que resulta en un mayor desgaste para la sociedad.
El sentimiento que tiene la sociedad actualmente es el de no sentirse representado por las figuras públicas, ocasionando una división política marcada. Es por esta razón que los ciudadanos no aceptan proyectos políticos nuevos y simplemente buscan mantener las ideas con las que se ha trabajado sin tener en cuenta que muchas veces, éstas, son erróneas. Consecuencia de este fenómeno, actualmente, se busca la revocatoria de mandato de un sinnúmero de autoridades.
Debido a la división política que tiene el país, el gobierno presenta una agenda que les permita asegurar una reelección futura, más no soluciones permanentes de los problemas que tiene el país. Esta agenda gubernamental contiene las ideas populistas que históricamente han trascendido en el país en los últimos veinte a veinticinco años atrás; causando, a largo plazo, las dificultades que tenemos hoy. Como ejemplo de esto, se puede observar que diversos gobiernos han tratado de incrementar la burocracia durante su gobierno como método de generar plazas de trabajo y a la vez asegurar un mayor número de votos a favor, sin tomar en cuenta que a la larga esta estrategia termina jugando en contra ya que los ingresos no aumentan al mismo ritmo que los egresos.
El Ecuador carece de un sistema legal efectivo y a la vez de seguridad jurídica para la inversión local e internacional. De acuerdo al CIA World Factbook, el Ecuador se ubica en el puesto 85 a nivel mundial en el ranking de Inversión Extranjera Directa teniendo una inversión extranjera de aproximadamente $14.28 billones el año anterior. Si a esto le sumamos el hecho que el Ecuador se encuentra en el puesto 115 de 189 países en el ranking Doing Business, publicado este año y que fue elaborado por el Banco Mundial. Este ranking considera diferentes factores al momento de calificar a los países en la facilidad que dan a las empresas para hacer negocios.
Tomando en cuenta estos antecedentes, una de las prioridades para el Ecuador debe ser mejorar el sistema legal. Esta acción, trae consigo grandes beneficios para el país como son brindar mayor seguridad jurídica para la inversión local e internacional así como reducir la inseguridad que vive el país. Con mayor inversión, la economía del país también mejoraría tomando en cuenta que este hecho genera plazas de trabajo y aumenta la productividad local.
La mejora del sistema legal, a la vez que genera condiciones favorables para la inversión también fomenta la reducción de niveles de corrupción, un problema que tanto aqueja a la sociedad actual. De acuerdo al ranking de Transparencia Internacional acerca de los niveles de corrupción, el Ecuador se sitúa en el puesto 110 de 175 países. Este problema debilita al gobierno como tal y a la participación de los ciudadanos en el mismo ya que genera un sentimiento de animosidad hacia la participación política. Teniendo esto en cuenta, la sociedad cree que el gobierno debe solucionar los problemas y no hace nada por los mismos.
La sociedad, sin embargo, también es responsable por lo que vive. Si bien no todos tienen el mismo acceso a una educación de calidad, en muchas ocasiones los ciudadanos ecuatorianos se conforman con muy poco. Este sentimiento de conformismo hace que se vean con buenos ojos reformas superficiales y no empujemos por reformas de fondo que realmente garanticen una solución a los problemas que se tiene. Cambiando este sentimiento, las elecciones de nuevas autoridades serían diferentes y la presión para nuevos candidatos a presentar propuestas claras y concisas aumentaría, como consecuencia, el sistema en general mejoraría.
Finalmente, estos problemas apremiantes no solo estan presentes en el Ecuador sino son una constante en el resto de paises que estan bajo gobiernos denominados socialistas del siglo XXI. La situación que vive Venezuela es una consecuencia de estas falencias, teniendo en cuenta los altos niveles de corrupción, la falta de seguridad jurídica, la falta de independencia de los poderes del estado, la inseguridad civil, alto porcentaje de puestos burocráticos y por sobretodo, el miedo y amenaza gubernamental cimentada en la población.
En cada proceso electoral se ve el mismo desfile de personajes con diferentes banderas. Candidatos con apariencia mesiánica y paternalista que transmiten un mensaje de esperanza y orden. Mientras eso ocurre, los ciudadanos se inclinan hacia uno u otro movimiento y deciden su voto en base a diferentes características: cuál es el que mejor se ve, el de mejor campaña, el que más les gustó por los colores, por cómo presentó las propuestas, por la tarima y el show que ofreció, por si la camisa que usa esta a la moda o simplemente por si el candidato es guapo o no. Dentro de este desfile, las propuestas trascendentales y debates no son la prioridad y se rescatan las propuestas populistas, que buscan ante todo desprestigiar a las autoridades anteriores, candidatos y partidos opositores; además de desechar sus proyectos y atacarlos con cotilleos familiares, ideológicos, privados y personales.
Con esto, la prioridad de los ecuatorianos debe ser la de construir un gobierno, no la de elegir uno. Sin embargo, muchos se preguntarán: ¿Por qué la distinción de las palabras? La respuesta es simple. La construcción del gobierno se basa en crear soluciones de raíz a los problemas reformando el sistema totalmente. Estas, deben ir enfocadas para que la gente sienta la responsabilidad de apoderarse de estos problemas así como el establecimiento de prioridades en la agenda gubernamental, ya que se está buscando solucionar todo lo que no se ha logrado anteriormente en el país.
Como prioridad fundamental, se debe establecer un estado de derecho. Este sistema constituye los cimientos sobre los cuales se puede construir una nueva estructura para el país que garantice seguridad y derechos colectivos e individuales para los ciudadanos. El desgaste social y político que vive el Ecuador ha llevado a la creacion de figuras paternalistas llamadas a solucionar los problemas. Esto dificulta la formación de nuevos líderes políticos y de nuevas ideologías; palpable en el debilitamiento de la creación de un gobierno que tenga como principio representar y ayudar al ciudadano que resulta en un mayor desgaste para la sociedad.
El sentimiento que tiene la sociedad actualmente es el de no sentirse representado por las figuras públicas, ocasionando una división política marcada. Es por esta razón que los ciudadanos no aceptan proyectos políticos nuevos y simplemente buscan mantener las ideas con las que se ha trabajado sin tener en cuenta que muchas veces, éstas, son erróneas. Consecuencia de este fenómeno, actualmente, se busca la revocatoria de mandato de un sinnúmero de autoridades.
Debido a la división política que tiene el país, el gobierno presenta una agenda que les permita asegurar una reelección futura, más no soluciones permanentes de los problemas que tiene el país. Esta agenda gubernamental contiene las ideas populistas que históricamente han trascendido en el país en los últimos veinte a veinticinco años atrás; causando, a largo plazo, las dificultades que tenemos hoy. Como ejemplo de esto, se puede observar que diversos gobiernos han tratado de incrementar la burocracia durante su gobierno como método de generar plazas de trabajo y a la vez asegurar un mayor número de votos a favor, sin tomar en cuenta que a la larga esta estrategia termina jugando en contra ya que los ingresos no aumentan al mismo ritmo que los egresos.
El Ecuador carece de un sistema legal efectivo y a la vez de seguridad jurídica para la inversión local e internacional. De acuerdo al CIA World Factbook, el Ecuador se ubica en el puesto 85 a nivel mundial en el ranking de Inversión Extranjera Directa teniendo una inversión extranjera de aproximadamente $14.28 billones el año anterior. Si a esto le sumamos el hecho que el Ecuador se encuentra en el puesto 115 de 189 países en el ranking Doing Business, publicado este año y que fue elaborado por el Banco Mundial. Este ranking considera diferentes factores al momento de calificar a los países en la facilidad que dan a las empresas para hacer negocios.
Tomando en cuenta estos antecedentes, una de las prioridades para el Ecuador debe ser mejorar el sistema legal. Esta acción, trae consigo grandes beneficios para el país como son brindar mayor seguridad jurídica para la inversión local e internacional así como reducir la inseguridad que vive el país. Con mayor inversión, la economía del país también mejoraría tomando en cuenta que este hecho genera plazas de trabajo y aumenta la productividad local.
La mejora del sistema legal, a la vez que genera condiciones favorables para la inversión también fomenta la reducción de niveles de corrupción, un problema que tanto aqueja a la sociedad actual. De acuerdo al ranking de Transparencia Internacional acerca de los niveles de corrupción, el Ecuador se sitúa en el puesto 110 de 175 países. Este problema debilita al gobierno como tal y a la participación de los ciudadanos en el mismo ya que genera un sentimiento de animosidad hacia la participación política. Teniendo esto en cuenta, la sociedad cree que el gobierno debe solucionar los problemas y no hace nada por los mismos.
La sociedad, sin embargo, también es responsable por lo que vive. Si bien no todos tienen el mismo acceso a una educación de calidad, en muchas ocasiones los ciudadanos ecuatorianos se conforman con muy poco. Este sentimiento de conformismo hace que se vean con buenos ojos reformas superficiales y no empujemos por reformas de fondo que realmente garanticen una solución a los problemas que se tiene. Cambiando este sentimiento, las elecciones de nuevas autoridades serían diferentes y la presión para nuevos candidatos a presentar propuestas claras y concisas aumentaría, como consecuencia, el sistema en general mejoraría.
Finalmente, estos problemas apremiantes no solo estan presentes en el Ecuador sino son una constante en el resto de paises que estan bajo gobiernos denominados socialistas del siglo XXI. La situación que vive Venezuela es una consecuencia de estas falencias, teniendo en cuenta los altos niveles de corrupción, la falta de seguridad jurídica, la falta de independencia de los poderes del estado, la inseguridad civil, alto porcentaje de puestos burocráticos y por sobretodo, el miedo y amenaza gubernamental cimentada en la población.