No hay mucho que decir de la programación cuatrianual del Presupuesto General del Estado ecuatoriano para el 2015 -2018. Sigue las mismas tendencias que normalmente se han llevado mediante este gobierno, que al menos da un nivel de estabilidad para el sector público en relación a sus decisiones.
Realmente lo que vale criticar de este presupuesto general es la decisión en relación a sus ingresos esperados con un precio de petróleo presupuestado en 79.7 dólares por barril. No es una decisión descabellada si se observa el pasado del precio del petróleo. Inclusive, puede ser una buena decisión, pero el problema recae en que el shock del precio del petróleo fue un efecto que se dio meses antes y se debió reaccionar frente a este.
El gobierno vio esto como un efecto momentáneo, así que no modificó para nada el precio ni ningún nivel del presupuesto realizado. Eso es absurdo frente a una decisión de una asamblea que debería estar siempre informado de estos sucesos. Las correcciones a gasto corriente y a inversión pública no se realizaron, lo cual deja a muchas personas preocupadas por las medidas que se están tomando actualmente para sostener la diferencia del precio del petróleo. Lo saludable para el país hubiera sido reducir gastos para el 2015. Se ha firmado y estará vigente para el siguiente año este impuesto el cual incluye medidas como la no deducibilidad de gastos en publicidad de productos que se consideran ‘hiperprocesados’, la utilidad de venta de acciones no será exenta del impuesto a la renta, El aumento de precio para los electrodomésticos que utilicen gas, aumento del ICE para los cigarrillos y se eliminó el IVA y el ISD para las cocinas y ollas que sean de inducción.
Aunque no afecte a muchos estos impuestos y solo se esté tratando de destinar a gente con altos recursos, el punto no recae ahí. La realidad es que la asamblea debió ser responsable y no tratar de financiar el déficit de ingresos petroleros con ingresos tributarios. Es una acción que puede causar problemas para la gente indiferentemente de su nivel de ingresos y sobre todo, no se debía realizar de esta forma cuando podemos reducir el gasto corriente o un poco la inversión pública. Es decir, el estado para financiar su alto nivel de gasto, necesita recaudar un poco más de la gente, lo cual nos parece absurdo e irresponsable. Veremos cómo viene el 2015 y esperemos que nos golpee poco para no entrar a una recesión.
El gobierno vio esto como un efecto momentáneo, así que no modificó para nada el precio ni ningún nivel del presupuesto realizado. Eso es absurdo frente a una decisión de una asamblea que debería estar siempre informado de estos sucesos. Las correcciones a gasto corriente y a inversión pública no se realizaron, lo cual deja a muchas personas preocupadas por las medidas que se están tomando actualmente para sostener la diferencia del precio del petróleo. Lo saludable para el país hubiera sido reducir gastos para el 2015. Se ha firmado y estará vigente para el siguiente año este impuesto el cual incluye medidas como la no deducibilidad de gastos en publicidad de productos que se consideran ‘hiperprocesados’, la utilidad de venta de acciones no será exenta del impuesto a la renta, El aumento de precio para los electrodomésticos que utilicen gas, aumento del ICE para los cigarrillos y se eliminó el IVA y el ISD para las cocinas y ollas que sean de inducción.
Aunque no afecte a muchos estos impuestos y solo se esté tratando de destinar a gente con altos recursos, el punto no recae ahí. La realidad es que la asamblea debió ser responsable y no tratar de financiar el déficit de ingresos petroleros con ingresos tributarios. Es una acción que puede causar problemas para la gente indiferentemente de su nivel de ingresos y sobre todo, no se debía realizar de esta forma cuando podemos reducir el gasto corriente o un poco la inversión pública. Es decir, el estado para financiar su alto nivel de gasto, necesita recaudar un poco más de la gente, lo cual nos parece absurdo e irresponsable. Veremos cómo viene el 2015 y esperemos que nos golpee poco para no entrar a una recesión.