Continuó llamando al presidente ‘cobarde’ mientras comentaba acerca del uso de las sabatinas para descalificar a opositores. “Mire Sr. Correa, si usted es tan sensible, entonces Twitter y Facebook tal vez no sean para usted, y para ser honesto, ser un líder mundial, tal vez no sea para usted”. Esta fue una de las frases que más sonó en las redes sociales y con la que Oliver dio su consejo al Presidente, a quien le sugirió, es mejor que reciba más que menos abusos. Para finalizar el show, pidió a sus seguidores insultar al mandatario a través de redes sociales.
Sin duda, una fuerte critica la que recibió Correa en el show, sin embargo la crítica no es solo al presidente sino a nosotros, los mandantes, que no nos damos cuenta de la penosa situación que vive el país; donde la política en lugar de ser un espacio de respeto, se ha convertido sabado a sabado en un show de circo digno de una comedia griega.
Lo penoso es la forma en la que los Ecuatorianos no recapacitamos acerca de la labor y el rol que tiene que tener un Presidente. Un presidente no esta en el poder para bailar, para ponerse interiores gigantes con un payaso al lado y reírse. No está para insultar a sus opositores tildándoles de ‘gordita horrorosa’, ‘badeas’, ‘brutos’, entre otros. Ni tampoco está para romper periódicos en público. Un presidente está para mejorar la situación actual del país infundiendo respeto y responsabilidad en los ciudadanos. La burla tan jocosa que realizó Oliver no es solamente hacia el presidente sino hacia toda la sociedad Ecuatoriana ya que los ciudadanos en lugar de exigir resultados y una actitud diferente, aplauden y celebran sus insultos, prepotencia, ridiculeces y circos en las sabatinas.
El problema no es la simple burla sino lo que representa para el país. El Ecuador es el mayor afectado de este hecho, generando una mala imagen; situación grave teniendo en cuenta la alta inversión que se realiza en materia de turismo y promoción. Las contradicciones son múltiples, se realiza un comercial con un alto costo de alrededor de 4 millones, así como se promociona la imagen de Correa en universidades de prestigio y, en 4 minutos, un comediante generó mayor impacto y ‘tira a la basura’ ese dinero.
Lo grato de toda esta situación, dejando de lado toda la comedia, es la reacción que han tenido los ciudadanos quienes han multiplicado sus críticas al Presidente generando así diversas reflexiones sobre la forma deplorable que ha obrado Correa hasta el momento, tanto en redes sociales como en sus sabatinas. Los ciudadanos se han dado cuenta del circo que está presente en la política nacional. Los ceniceros voladores de la ‘larga noche neoliberal’ han cambiado para ahora convertirse en payasos que animan, pero no fiestas infantiles, sino en sabatinas.
Así, de esta manera tan sutil, es cómo la burla ya es de todos. La sátira del comediante es un gran llamado de atención al gobierno para que cambie sus políticas, para que termine el show con payasos y trabaje por un mejor país.
Sin embargo, John Oliver se equivocó en su show al faltarle ciertos consejos más que son necesarios para que el mandatario arregle su situación. Señor Presidente, si quiere ser un líder mundial, madure y aprenda a tolerar a sus adversarios, no como lo hacen en Venezuela. Asegúrese que la mostaza se mantenga en la comida y no se le suba a la cabeza. Si va a llamar inmaduro a un opositor de 18 años que lo critica en redes sociales, acuérdese que usted utilizó un calzoncillo gigante con un payaso al lado. Recuerde que las noticias, por mas que rompa los periódicos, también se encuentran en internet y la burla que usted causó, para con el mundo, no se le va a olvidar fácilmente a la gente.
Señor Presidente, antes de cerrar, es imperioso una felicitación porque en esta época de tanto insulto y tensión era necesario que usted, como Presidente, por el bien de la patria, se preste para esta comedia ya que ‘All you need is to laugh’. (Todo lo que necesitas es reir).