Cuando la Tiranía es ley, la revolución es orden - Pedro Albizu Campos.
Este 15 de Enero el presidente de la República del Ecuador brindó su discurso por los 8 años de su batalla, refugiándose bajo la sombra de Yachai, su imperio del conocimiento.
Estos 8 años han sido llenos de cambios especialmente en derechos y economía. Con un cambio a una política de derechos con un enfoque supuestamente neo-constitucionalista poniendo de frente a los derechos y garantías de los ciudadanos. Por otro lado en temas económicos, utilizando un cambio de matriz productiva y un supuesto no-extractivista.
El presidente hace énfasis en parte de su discurso el que en todo cambio existen errores y debemos ser tolerables. Esto es correcto sin embargo cambios grandes conllevan a tener también responsabilidades más grandes, y si en estos cambios se dan errores también deben tener penalidades, las cuales están siendo esquivadas y el pueblo debe denunciar.
Si se cambia una constitución brindando tantas garantías se debe predisponer que se tiene en este momento los recursos para cumplirlos, en caso contrario se afecta a la constitución. Y si se tiene una economía extracvista no se puede decidir tener una política no extractivista cambiando leyes por el bienestar del Estado, interfiriendo con la visión que tiene el ciudadano para cumplir con las disposiciones de la ley.
Es esta la guerra que con documentos predestinados para que se los sigan por más de 100 años tal y como son la Constitución, COIP, etc. Puede ser bueno vincularla como aquella guerra de los 100 años en la que el feudalismo y la monarquía eran protagonistas, sin embargo en caso del Ecuador no existen dos partes en este conflicto, solo existe uno solo que habla de tolerancia de sus errores pero no los asume, creando enemigos ficticios con los cuales no tiene tolerancia con sus supuestos errores.
Es así como en estos 8 años de guerra no se comprende aún la supuesta revolución ya que la tiranía sigue siendo ley y la revolución de hoy solo la prolonga; un gobierno lleno de contradicciones y políticas de gobierno que no se vuelven políticas de Estado. En el que el camino de nuestra economía va a dejar de velar por el vuelo de un condor andino sino que pasa a ser parte de los peones servidores de un supuesto dragón.
Solo se puede concluir que la vanidad de un hombre de pasar a la historia se cumplirá, más con estas políticas ese paso por la historia no será marcado por todo el pueblo ecuatoriano en la historia mundial. El presidente ecuatoriano actual marcará su paso en la historia del país, más las consecuencias que nos deparan por su administr ación no serán buenas porque la única guerra que tiene el Ecuador es consigo mismo la cual esperamos dure solo 8 años y no 116.
Estos 8 años han sido llenos de cambios especialmente en derechos y economía. Con un cambio a una política de derechos con un enfoque supuestamente neo-constitucionalista poniendo de frente a los derechos y garantías de los ciudadanos. Por otro lado en temas económicos, utilizando un cambio de matriz productiva y un supuesto no-extractivista.
El presidente hace énfasis en parte de su discurso el que en todo cambio existen errores y debemos ser tolerables. Esto es correcto sin embargo cambios grandes conllevan a tener también responsabilidades más grandes, y si en estos cambios se dan errores también deben tener penalidades, las cuales están siendo esquivadas y el pueblo debe denunciar.
Si se cambia una constitución brindando tantas garantías se debe predisponer que se tiene en este momento los recursos para cumplirlos, en caso contrario se afecta a la constitución. Y si se tiene una economía extracvista no se puede decidir tener una política no extractivista cambiando leyes por el bienestar del Estado, interfiriendo con la visión que tiene el ciudadano para cumplir con las disposiciones de la ley.
Es esta la guerra que con documentos predestinados para que se los sigan por más de 100 años tal y como son la Constitución, COIP, etc. Puede ser bueno vincularla como aquella guerra de los 100 años en la que el feudalismo y la monarquía eran protagonistas, sin embargo en caso del Ecuador no existen dos partes en este conflicto, solo existe uno solo que habla de tolerancia de sus errores pero no los asume, creando enemigos ficticios con los cuales no tiene tolerancia con sus supuestos errores.
Es así como en estos 8 años de guerra no se comprende aún la supuesta revolución ya que la tiranía sigue siendo ley y la revolución de hoy solo la prolonga; un gobierno lleno de contradicciones y políticas de gobierno que no se vuelven políticas de Estado. En el que el camino de nuestra economía va a dejar de velar por el vuelo de un condor andino sino que pasa a ser parte de los peones servidores de un supuesto dragón.
Solo se puede concluir que la vanidad de un hombre de pasar a la historia se cumplirá, más con estas políticas ese paso por la historia no será marcado por todo el pueblo ecuatoriano en la historia mundial. El presidente ecuatoriano actual marcará su paso en la historia del país, más las consecuencias que nos deparan por su administr ación no serán buenas porque la única guerra que tiene el Ecuador es consigo mismo la cual esperamos dure solo 8 años y no 116.