Durante el 69° Periodo de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, realizado durante el mes de Noviembre, la representación de Ecuador votó en contra de una resolución contra Corea del Norte, a adoptarse por mayoría en el mismo pleno de la 3era Comisión de la Asamblea General (Comisión de Asuntos Sociales, Humanitarios y Culturales). Este hecho significó un cambio radical para la política exterior Ecuatoriana ya que a lo largo de la historia se han favorecido los Derechos Humanos.
En dicha resolución, la Comisión buscaba sugerir al Consejo de Seguridad la adopción de medidas para luchar contra la opresión de Derechos Humanos en Corea del Norte, sugerencia basada en un informe realizado después de una investigación llevada a cabo por las mismas Naciones Unidas a lo largo de algunos años. El gobierno ecuatoriano, junto con otros gobiernos de la misma línea como lo son Bielorrusia, China, Rusia, Bolivia, Cuba, Venezuela, etc. Apoyaron a Corea del Norte y manifestaron estar en contra de la resolución especialmente los literales 7 y 8.
Este hecho fue duramente criticado por diversos grupos humanitarios por tratarse de brindar apoyo a un régimen que viola derechos humanos de sus ciudadanos y a su vez criticado por los ciudadanos ecuatorianos, ya que esta votación claramente no representaba un interés nacional ni una idea común de la ciudadanía. Muchos ciudadanos se sintieron significativamente ofendidos por esta política ya que no representa su punto de vista, ya que, contrario al gobierno, su opinión es la de condenar las violaciones de derechos humanos y los regímenes que violan derechos humanos como es el caso de Corea del Norte. En conclusión, el mencionado voto presenta una complicidad del Ecuador para con las violaciones de Corea del Norte y una vergüenza a su vez para la sociedad, que no siente una identificación con esta decisión.
Este hecho fue duramente criticado por diversos grupos humanitarios por tratarse de brindar apoyo a un régimen que viola derechos humanos de sus ciudadanos y a su vez criticado por los ciudadanos ecuatorianos, ya que esta votación claramente no representaba un interés nacional ni una idea común de la ciudadanía. Muchos ciudadanos se sintieron significativamente ofendidos por esta política ya que no representa su punto de vista, ya que, contrario al gobierno, su opinión es la de condenar las violaciones de derechos humanos y los regímenes que violan derechos humanos como es el caso de Corea del Norte. En conclusión, el mencionado voto presenta una complicidad del Ecuador para con las violaciones de Corea del Norte y una vergüenza a su vez para la sociedad, que no siente una identificación con esta decisión.